El Caballero del Templo llega a mis manos en forma de regalo
de cumpleaños por cortesía de mi amiga Carolina. Una novela de ficción
histórica, que a mí particularmente me agradó mucho, entre otras cosas por
cercanía geográfica. En esta novela, no muy voluminosa, José Luís Corral narrará los últimos días de la todopoderosa Orden de
los Caballeros Templarios a través de los ojos de uno de sus miembros: Jaime de
Castelnou, del condado de Ampurias. Tras un riguroso entrenamiento, como no
podía ser de otra manera tratándose de la Orden del Temple, el joven Jaime viajará a Tierra Santa, más
concretamente a San Juan de Acre, dónde tomará las riendas de la trama. Desde esta
línea el autor ilustrará al lector en la pérdida de la última gran fortaleza
cristiana en Tierra Santa. Aquí es donde podremos ver el potencial de Jaime
tras los cruentos combates que tuvieron lugar en aquella época, que para muchos
marcó el final de las cruzadas. En este punto he de decir que lo único que no
me gustó de la novela es el trato histórico dispensado a uno de los grandes,
Roger de Flor. Aunque el autor resalta la valentía y las indiscutibles dotes de
mando del capitán de las tropas Almogávares, no duda en tildar a Roger de
traidor. Cuando en mil doscientos
noventa y uno San Juan de Acre es sitiada, supuestamente Roger de Flor
aprovecharía tal confusión para apropiarse de parte de los tesoros de la Orden.
Volviendo a la novela, el propio Jaime será testigo de la suerte del gran capitán
de las tropas Almogávares, infiltrado entre sus filas arrojará algo de luz al
papel de Roger de Flor en la historia. Y esto sirve también para el resto de la
novela ya que Jaime de Castelnou tendrá un papel clave a la hora de ilustrarnos
en el desmoronamiento de la Orden del Temple. Veremos todo a través de los ojos
de Jaime. El personaje será testigo de todos los hechos sucedidos en la época.
Pasando por la elección del último Gran Maestro de la Orden, Jacques de Molay,
hasta llegar al proceso de destrucción, trama ungida por el Monarca Felipe el
Hermoso y el Papa Clemente V; de la que
Jaime será testigo. Tras los sucesos del amanecer de mil trescientos
siete que se resuelven con la detención de todos los Caballeros Templarios
franceses. Jaime de Castelnou, tras serle encomendada la misión de poner a buen
recaudo la más alta reliquia de los templarios (El Santo Grial) será librado de
la quema viajando a tierras aragonesas, dónde depositara la más preciada
reliquia de la Orden. Entretenida, de un rigor histórico muy aceptable. La
novela se hace corta por su fácil lectura. Sin entrar en el aura de misterio
que envuelve a la Orden de los Caballeros Templarios, José Luís, nos ilustra
con lo que posiblemente pudo suceder con una de las instituciones que más
controversia y debate ha generado desde su desaparición.
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