Doger el graffiti como forma de vida
Jonathan Morillas (Doger) es un artista urbano zaragozano que actualmente reside
a caballo entre Zaragoza y Málaga. Doger, como el artista aragonés es conocido, comienza sus andanzas en el mundo del graffiti (doctrina perteneciente y vinculada a la cultura Hip Hop) en la década de los 90. Jonathan (Doger) que a una muy temprana edad ya había demostrado a una sociedad, ignorante del fenómeno que se cernía ante ella, sus actitudes y lo que era capaz de plasmar con un bote de spray en los muros de cualquier ciudad; fue creciendo y puliendo sus habilidades hasta llegar a los días que nos ocupan. Conocedor de la vieja y nueva escuela, por el tiempo que le toco vivir, por sus venas corre la sangre de dos grandes épocas.
En estos momentos es uno de los abanderados y más reconocidos artistas del panorama Grafitero aragonés. Expandiendo fronteras y ofreciendo al mundo la posibilidad de conocer su arte, actualmente, emprende una empresa en Málaga; campaña
que está dando satisfactorios frutos, dejando muy buen sabor de boca a los seguidores en Zaragoza ciudad, que contemplan sus trabajos desde la lejanía, viendo como van directos a lo mas alto.
Por: Waylander78
Modo de contacto
Contactar con Doger Teléfono Móvil - 628168131
Año 2012, todos los días veía esta pared de un solar sin un solo
dibujo, gris, sin nada de alegría, en una calle con mucho movimiento por
encontrarse en ella varios Pubs y Bares donde la caña y el tapeo eran la alegría
de las gentes que ambientaban las terrazas todos los días.
Una calle peatonal sin nada de tráfico excepto alguna pareja de policías en moto y algunas bicicletas.
Mi pregunta era... ¿Cómo es qué nadie ha pintado aquí todavía? ¿Qué pasará si yo lo hago?
Después de un año y medio viviendo en esta calle decidí que ya era hora de jugármela, ya era algo conocido en la calle por mi decoración en la fachada de uno de los bares más antiguos de Málaga (La Anchoita Cubana) y por ser vecino así que pensé que los demás vecinos no llamarían a la policía, que equivocado estaba, que poco conocía Málaga.
No solo no iban a llamar a la policía, si no que resulta que son gente muy agradecida con la gente que sólo desea mejorar sus calles, hacer algo bueno por el barrio, dejar su impronta en sus paredes, en beneficio de todos. En Zaragoza hubiera venido la policía a multarme en menos de media hora, aquí en vez de llamar a la policía me ofrecían bebida y me daban las gracias.
Y no es que en Zaragoza no haya gente agradecida, que los hay por doquier personas que me han felicitado alegremente y que me han hecho saber que les gustaría que todas las calles estuvieran llenas de arte.
Pinté rápido hasta que tuve listo el rostro de la chica, pues en ningún momento estaba exento de la multa ya que el permiso no existía, siempre pensando que si la gente veía lo guapa que era la chavala me la iban a dejar terminar, y así fue, el proceso fue mucho más tranquilo.
Terminar el muro costó sólo un par de fines de semana, tuve que dejarlo por trabajo y por dudas en el proceso de continuación, cuando llevaba la mitad de la pared terminada decidí cambiar el diseño y sólo dejé la mujer de verde.
No tuve problemas con nadie, mi suerte no me dejaba ni a sol ni a sombra.
La policía apareció ante mis ojos pero no venían a por mi, iban detrás de alguien que había robado un bolso, les hablé con educación y ellos a mi lo mismo. Aquí la policía es diferente, son personas antes que policías, menos la policía local que van a multar a todo el que pueden lo mismo que en Zaragoza.
Hice muchos amigos en el proceso, era en agosto así que pronto empezó la feria y la ciudad se llenó de turistas, por todas partes había gente viviendo la feria, yo estaba trabajando de relaciones publicas en esa misma calle y tuve la suerte de ver como chicos y chicas de todas las edades se hacían fotos por doquier en el muro y comentaban sobre quien seria el que lo habría pintado y lo brutal que les parecía.
Ese año la calle Beatas fue mi escaparate, yo estaba de un lado a otro hablando con gente fascinada por mi trabajo en el Bar, en la pared de Pub, en el muro...
Mi error fue firmarlo lejos de la cara y no dejar el número de teléfono, con el tiempo me he enterado de que mucha gente preguntó por mí para darme trabajo y la foto de esta chica ocupó muchos papeles tapiz de los fondos de pantalla de los móviles del gentío Malagueño.
Aquí estaba DOGER de nuevo sorprendiendo a la gente una vez más, y seguí y seguí....y seguiré.
Una calle peatonal sin nada de tráfico excepto alguna pareja de policías en moto y algunas bicicletas.
Mi pregunta era... ¿Cómo es qué nadie ha pintado aquí todavía? ¿Qué pasará si yo lo hago?
Después de un año y medio viviendo en esta calle decidí que ya era hora de jugármela, ya era algo conocido en la calle por mi decoración en la fachada de uno de los bares más antiguos de Málaga (La Anchoita Cubana) y por ser vecino así que pensé que los demás vecinos no llamarían a la policía, que equivocado estaba, que poco conocía Málaga.
No solo no iban a llamar a la policía, si no que resulta que son gente muy agradecida con la gente que sólo desea mejorar sus calles, hacer algo bueno por el barrio, dejar su impronta en sus paredes, en beneficio de todos. En Zaragoza hubiera venido la policía a multarme en menos de media hora, aquí en vez de llamar a la policía me ofrecían bebida y me daban las gracias.
Y no es que en Zaragoza no haya gente agradecida, que los hay por doquier personas que me han felicitado alegremente y que me han hecho saber que les gustaría que todas las calles estuvieran llenas de arte.
Pinté rápido hasta que tuve listo el rostro de la chica, pues en ningún momento estaba exento de la multa ya que el permiso no existía, siempre pensando que si la gente veía lo guapa que era la chavala me la iban a dejar terminar, y así fue, el proceso fue mucho más tranquilo.
Terminar el muro costó sólo un par de fines de semana, tuve que dejarlo por trabajo y por dudas en el proceso de continuación, cuando llevaba la mitad de la pared terminada decidí cambiar el diseño y sólo dejé la mujer de verde.
No tuve problemas con nadie, mi suerte no me dejaba ni a sol ni a sombra.
La policía apareció ante mis ojos pero no venían a por mi, iban detrás de alguien que había robado un bolso, les hablé con educación y ellos a mi lo mismo. Aquí la policía es diferente, son personas antes que policías, menos la policía local que van a multar a todo el que pueden lo mismo que en Zaragoza.
Hice muchos amigos en el proceso, era en agosto así que pronto empezó la feria y la ciudad se llenó de turistas, por todas partes había gente viviendo la feria, yo estaba trabajando de relaciones publicas en esa misma calle y tuve la suerte de ver como chicos y chicas de todas las edades se hacían fotos por doquier en el muro y comentaban sobre quien seria el que lo habría pintado y lo brutal que les parecía.
Ese año la calle Beatas fue mi escaparate, yo estaba de un lado a otro hablando con gente fascinada por mi trabajo en el Bar, en la pared de Pub, en el muro...
Mi error fue firmarlo lejos de la cara y no dejar el número de teléfono, con el tiempo me he enterado de que mucha gente preguntó por mí para darme trabajo y la foto de esta chica ocupó muchos papeles tapiz de los fondos de pantalla de los móviles del gentío Malagueño.
Aquí estaba DOGER de nuevo sorprendiendo a la gente una vez más, y seguí y seguí....y seguiré.
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